Un martes cualquiera. O no. Era quince de mayo. Hace cinco años, por ejemplo, esta fecha no hubiese supuesto nada. Como dije al principio, hubiese sido un martes cualquiera. Precedido por un lunes, seguido por un miércoles. Pero ahora, en el 2012, esa fecha es sinónimo de rebelión, de protesta, de inconformismo. No sólo en la Puerta del Sol, sino en toda España. Desde las frías montañas del norte hasta las cálidas llanuras del sur. Desde el oeste limítrofe con Portugal hasta las costas levantinas, una llama ha sido prendida. Ayer una pequeña parte del incendio se encontraba en A Coruña, más concretamente en el
Times Square coruñés, el Obelisco. El punto de encuentro para los indignados. Como no podría ser de otra manera, acoge las asambleas del movimiento. Ayer no iba a ser menos.
Alrededor de un centenar de personas se concentraban formando una forma geométrica a caballo entre un semicírculo, lo pretendido, y un círculo, lo conseguido. Algo así como una elipse cortada por el edificio del Santander. Qué irónico, las dos partes del conflicto tan cerca. La hora de comienzo era las ocho en punto, hubo un ligero retraso. Un portavoz de la plataforma 15M explica el formato del acto. Hay un megáfono y las personas que quieran hablar harán cola para tomarlo y poder parlamentar. Da comienzo la asamblea. Nadie se moja. El portavoz rompe el silencio con un "para estar indignados, tenéis poco que decir". El mensaje cala en la gente, menos de un minuto tardará en hablar la primera persona. Acto seguido se forma una hilera de cinco-seis personas dispuestas a expresar sus pareceres. El pionero comienza con un enérgico "Feliz aniversario 15M". Aplausos, muchos. Luego continúa con su pequeño discurso. Habla de pasar a la acción. Sus palabras van cargadas de rabia.
Las intervenciones se suceden. Muchas opiniones, pocas propuestas. Lo que empezó como una asamblea se transforma en una tertulia de café, pero sin lo segundo. Con cuentagotas llegan algunas ideas para llevar a cabo acciones en un futuro. Se habla de huelgas metropolitanas, de retirar el dinero de los bancos, de no comprar en las grandes superficies. Con todo, no se concreta nada. Intermitentemente se desvía la gente hablando de si votar o no. De esto me quedo con la frase "la no elección es una elección". Hay momentos en los que gente del público, de forma irrespetuosa, muestran su desacuerdo con lo que dicen los que están en el uso de la palabra. Los organizadores les instan a que guarden silencio. Esto fue lo único que empañó el evento. Volviendo al tema de las propuestas, la más osada era la siguiente: paralizar el país, retirar el dinero de las cuentas y no comprar en grandes superficies, todo junto. Durante varios días. Poner en jaque al Gobierno.
Me fui a las nueve y cuarto, no tenía más tiempo. Doy mi opinión de lo que vi. De esa primera hora de asamblea. Sinceramente, me decepcionó por un lado y me alegró por el otro. Ver a tanta gente allí me sorprendió gratamente. En cambio, el rumbo que tomó el acto me entristeció un poco. Como ya dije antes, era más una tertulia de café que otra cosa. Con todo, valoro positivamente que se realicen actos como este. Un último apunte, no escuché hablar a nadie de partidos políticos en particular. Sus enemigos, los del 15M, no son ni PP, ni PSOE, ni IU ni ningún partido en concreto. Es la clase política.
NOTA: Pese a estar ayer en la asamblea no comparto muchas de las ideas de este colectivo. Creo que hace falta un cambio, pero mucho menos radical de lo que se dijo ayer. El afán de este artículo es informativo, si bien en algunos momentos realizó alguna valoración para transmitir mejor lo que se vivió allí, lo que yo viví.
La asamblea desde lejos.
Zona de trueque y punto de información.
Comienzo de la asamblea.
Cartel en contra del alcalde.